19/5/09

Como vuelvas a decirme que soy una chica fuerte, pienso gritar y gritar hasta quedarme afónica (o muda si hace falta), y sí, es una amenaza. Porque estoy cansada de ponerme una sonrisa cada vez que salgo a la calle, de guardar lágrimas bajo la almohada. Porque estoy igual de jodida que el día que decidiste subir a ese puto avión. Me duele todo por dentro. Vómitos de recuerdos bonitos y feos se amontonan en mi cabeza, desearía explotar. Como cuando tú y yo explotamos en el asiento trasero de un coche, o aquella vez que intentamos bailar un tango y acabamos pisándonos los zapatos. Porque te echo de menos. ¡Joder, porque te quiero!

15/5/09

Voy a empezar a romperme, así, de poquito a poco. He apretado el botón rojo de las emergencias, como dijiste, y han pasado más de tres días y no has aparecido. Pero no he llorado, porque supongo que sabía que era una de tus mentirijillas, de ésas que no son mentiras, pero que también duele.

9/5/09


Y jugamos a ser malas, muy malas. Malísimas.

4/5/09


Y me comiste la lengua, como el gato que eres.