31/7/07

A lo mejor...


Se encontraba sentada con los pies colgando, y rozando el agua del mar. El silencio se rompía con las olas y los silbidos de las gaviotas. Ella pensaba...

A lo mejor... ya es hora de meter en el fondo de la caja (de los recuerdos viejos) al chico de los ojos de cielo.
... A lo mejor tuvo que haberlo hecho hace meses...
Había pasado tanto tiempo que ya no seguían el mismo camino, que no tenía sentido recordar tiempos pasados.

Tenía el corazón rasguñado, los ojos le dolían de tanto llorar por alguien que nunca había estado a su lado cuando de verdad le necesitó.

...A lo mejor debía dejar que otra persona conociera su corazón... Pero le daba miedo, estaba aterrada.

"Yo no te romperé el corazón, al contrario, te lo coseré de tal manera para que nunca se vuelva a romper" . Sonaba tan dulce y tentadora esa frase...

A lo mejor... debía saltar al mar, y mojarse , para que la sal cerrara sus heridas (las que no se ven).
A lo mejor... debía permanecer sentada, viendo que las únicas que vuelan, y se tiran en picado al agua (sin importar mojar sus alas), son las gaviotas.
Ella seguía pensando... A lo mejor sólo necesita reflexionar...

28/7/07

Cara a cara.

El local estaba abarrotado, y el calor que desprendían los cientos de cuerpos que allí se encontraban era casi insoportable. A pesar de eso, ella lo pasaba bien, reía por tonterías, y jugaba con sus amigos, sacando la niña que sigue siendo.
Estaba tan agusto entre su gente, que nada podía destrozar el momento (o eso creía ella...)

Algo inesperado... Aquéllos ojos en los que ella aún navega, aparecieron de la nada. Si antes el calor la asfixiaba, ahora un escalofrío recorrió su cuerpo. El ruido del local desapareció, sus piernas temblaban, sus manos sudaban, su boca ya no segregaba saliva, su mente le decía: ¡Sal corriendo sin mirar hacia atrás, y no pares hasta llegar a un sitio donde esconderte de tus sentimientos!
Su corazón gritaba: ¿A qué esperas? aún le quieres... ¡bésale!

Al final nada salió ni como su mente quería, ni como su corazón desaba... acabó con un simple "hola" y un par de besos en la mejilla.

Luego ella llora, se enfada y castiga a su corazón.
-¡¿Qué culpa tengo yo?!- contesta irritado su corazón- ¿Por qué te enfadas conmigo si ni siquiera has seguido mi consejo?
-¡Por eso mismo! ¡Debiste insistirme más!

20/7/07

Así era ella.


No se encontraba triste pero tampoco feliz. Estaba confundida, porque hoy no sabía quién era. Necesitaba salir, despejarse...
Se arregló el pelo, pintó sus ojos, coloreó sus labios de rojo, y se subió a unos zapatos de tacón. Salió a la calle...

1, 2, 3... eran las copas que sus labios besaban, (esa sonrisa dulce, estaba más dulce que nunca).
Entre tanta gente, hubo un chico que destacó, con ojos grandes, pero de color distinto al que ella estaba acostumbrada.
Hablaron toda la noche, y comenzaron a bailar. Ella lo estaba pasando realmente bien.
Juntaron más sus cuerpos, y sus bocas quedaron a escasos centímetros... Él intentó besarla, pero ella ladeó la cara, (estaba hecha un lío... le gustaba sí, pero... también sabía que parte de la culpa la tenían las copas demás que había tomado).
Él intentó mantener el control, la miró a los ojos primero y luego susurró en su oreja.

-Hoy no temas nada... mi princesa.
-¿¡¡Princesa!!?- dijo ella con indignación y soltó una risotada sarcástica, si hace un minuto no tenía nada claro, ahora lo tenía todo muy clarito...
-Lo siento... lo he pasado muy bien pero... yo no soy una princesa sino una pirata.
Y se marchó con una sonrisa que ocupaba toda su cara. Antes de salir del local, alcanzó a oír a aquel chico decirle - ¡¡Estás loca!!

Sí, ya sabía quién era, una pirata a veces un poco loca, así era ella.
Una gota cayó en su nariz, luego en su hombro y pocos segundos más tarde una cortina de agua lo mojaba todo. En lugar de correr a esconderse (para no mojarse) como todo el mundo hacía, ella se quedó (sola) en mitad de la carretera, se quitó los zapatos y empezó a caminar descalza, (bajo las lágrimas del cielo), sintiendo el calor que desprendía el suelo de la calle.

Miró hacia arriba, cerró los ojos, extendió los brazos, y riendo comenzó a girar, sin que nada ni nadie le importara. Así era ella...
Ahora ella era feliz.

15/7/07

Pensamientos y estrellas...


En el porche de aquella casa vieja, situada frente el mar, bajo la noche estrellada y calurosa, un grillo está dando un concierto, y ellos están aburridos, callados y pensando cada uno en sus cosas.

Ella cuenta las estrellas; se pregunta si existen las sirenas; y se plantea porqué no se ha arreglado más...-Para qué...-piensa después -hoy ni siquiera me ha mirado...

Él recuerda que no dio de comer a sus peces,..., imagina su moto de otro color,..., se enfada con el grillo porque le distrae de sus pensamientos... y cree que ella hoy, está verdaderamente bonita, recostada en la tumbona, enredando distraidamente su dedo entre su pelo.

-¿En qué piesas?

-En nada.

-¿Te aburres?

-Mmm... un poco...

No se paró a pensarlo dos veces, dio un salto del escalón donde estaba sentado, se acercó a ella y le dijo:

-¿Quieres bailar?

-¿Qué? ¿aquí? ¿y ahora?

-¡Sí!

-Pero si no hay música...

-Tenemos un grillo cantante, el sonido de las olas de fondo... y nuestros corazones marcarán el ritmo con el que debamos bailar.
Ella sonrió (la sonrisa más grande que él nunca había visto dibujada en sus labios), agarró su mano, juntaron sus cuerpos y comenzaron a balancearse lentamente, observados por las estrellas, las olas, y el grillo cantante...

Y él pensaba, que ésa estaba siendo la mejor noche del verano... y ella, que ése tipo de cosas son las que hacían que se enamoraran cada vez más de él.


7/7/07

¡Cállate y bésame!


-Ya no te quiero- dijo dándose la vuelta.

-Mentirosa... -respondió él muy seguro de sí mismo.


Ella notó esos ojos de cielo clavándose en su nuca, pero no quiso girarse, pues sabía que en el momento en que sus miradas se cruzasen, ella quedaría indefensa ante sus sentimientos.

Él se acercaba a ella, tocó sus brazos con la punta de sus dedos, enredó una mano en su melena, y con la otra ladeaba cuidadosamente su pelo, (como si sus cabellos fueran de cristal y en cualquier momento pudieran romperse), asaltó su cuello sin permiso y dejando un camino de besos, llegó hasta la oreja, donde volvió a susurrar -Mentirosa...

Ella se estremeció, cerró los ojos, apretó las manos y se mordió los labios. No solo lo quería, sino que hoy lo amaba más que nunca.

Él la miraba con deseo, cual león hambriento vigila su presa, y despacito se colocó frente a ella, (cara a cara).

Sus miradas se cruzaron y el corazón de ella se derretía a cada segundo...


Ahora había silencio, se miraban y conversaban sin palabras, y su único testigo era la cálida brisa de una tarde de verano.

Él sintió un impulso, (el mismo impulso que siente el león antes de morder la yugular de su presa). Alargó el brazo y agarró la hebilla del cinturón de ella,y tirando con firmeza hacia él, los dos acabaron en un apasionado beso de dulces segundos.


-Dime ahora que no me quieres -dijo él con una sonrisa pícara en los labios.

-Mañana dejaré de quererte... pero hoy... ¡Cállate y bésame!

2/7/07

La Caja de los Recuerdos Viejos.


Para la vista inexperta tan sólo es una caja de zapatos forrada de papel verde brillante, pero en realidad es una caja mágica, en la que se guardan los recuerdos que se consideran innecesarios. Los recuerdos aún permanecen en la mente (aunque con menos intensidad), pero en el corazón ya no duelen.

Hoy la chica de la sonrisa dulce ha abierto su caja, metiendo al chico de los ojos de cielo, y guardándola de nuevo bajo su cama, decide dar un paseo por los lugares vividos con aquel chico de mirada azul.

De pronto multitud de recuerdos asaltan su cabeza, y su corazón se extremece conforme anda. Ante sus ojos rápidas imágenes (que le resultan muy familiares) pasan delante de ella. (Cómplices miradas, sonrisas traviesas, besos a escondidas, horas de conversación...).

La chica de la sonrisa dulce no entendía nada.

¿A caso su caja estaba rota?¿Había metido tantos recuerdos dolorosos para su corazón en aquella cajita, que ya no cabía nada más?

Aquella mañana la chica quería acabar con todo lo que tuviera que ver con esa mirada azul (que todavía) agitaba su corazón... abrió la caja de los recuerdos viejos y apretó al chico de los ojos de cielo al fondo...

Olvidó una cosa muy importante... olvidó cerrar la caja de los recuerdos viejos.